viernes, 18 de diciembre de 2009

Segunda parte: tema Sacramentos.

En este link encontrarán la segunda parte del tema: Sacramentos.


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Comunidad de Requínoa.

Tema II: Sacramentos

En este link encontrarán la primera parte del tema: Sacramentos.


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Comunidad de Requínoa.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Iglesia: Pueblo de Dios




El Concilio Vaticano II habla de la Iglesia como el Nuevo Pueblo de Dios. Este pueblo de Dios tiene a Cristo por Cabeza. La característica de este pueblo es la dignidad y libertad de los hijos de Dios en cuyos corazones habita el Espíritu Santo; y tienen por ley el nuevo mandato de amar como el mismo Cristo nos amó a nosotros.
Todos los hombres están llamados a formar parte del nuevo pueblo de Dios. Por lo cual, este pueblo sin dejar de ser uno y único, debe extenderse a todo el mundo y en todos los tiempos. Y pertenecen a la Iglesia, Nuevo Pueblo de Dios, todos los hombres que entran por el bautismo.

Ahora bien, para el cumplimiento de su misión, la Iglesia cuenta con diversidad de ministerios. Por lo que para comenzar, cabe señalar una distinción entre carisma y ministerio:

Carisma: Se deriva del griego y significa “don gratuito”. Se les llama así a los regalos que el Espíritu Santo concede a los cristianos para el bien de la comunidad.

Ministerio: Se deriva del latín y significa “servicio”; se les llama así a los servicios, cargos o funciones que los cristianos ejercen para el bien de la comunidad; es la función concreta, realizada y reconocida en la Iglesia como estable.

Dios dio al hombre y la mujer el afán de buscar en la vida un camino propio y decidir por sí mismos, de esta manera existe en la Iglesia hombres y mujeres que trabajan voluntariamente por el Reino de Dios, que desean estar en todo momento libres y disponibles para Dios. Estas personas se saben Llamadas por Dios.

Las órdenes y congregaciones religiosas llevan a menudo el nombre de su fundador, por ejemplo: San Francisco; mientras que otros, llevan en nombre de su misión, por ejemplo: Hijas de la Caridad. Pero todos tienen en común la obligación de pobreza, castidad en el celibato y obediencia.

Podemos distinguir los siguientes ministerios:

A. Ministerios ordenados: Es ejercido en diversos órdenes por aquellos que son llamados Obispos, Presbíteros y Diáconos; y este ministerio se recibe mediante la “imposición de las manos” en el sacramento del orden.

- Papa: El Romano Pontífice tiene plena y suprema potestad de jurisdicción sobre la Iglesia Universal, no sólo en las materias que pertenecen a la fe y a las costumbres, sino también en las de régimen y disciplina de la Iglesia. El Papa es sucesor de Pedro, vicario - representante de Jesucristo, cabeza de la Iglesia.

- Obispos y Presbíteros: Son los sacerdotes, y sus tareas son:

a. Maestros: Enseñar (Anuncian a todos la divina palabra).
b. Pastores: Pastorean (Buscan mantener el carácter fraternal dentro de la Iglesia, sobre todo en el Sacramento de la Reconciliación y Unción).
c. Sacerdotes: Santifican (Sobre todo en la Eucaristía).

- Diáconos: Sirven al pueblo de Dios en el ministerio de la Liturgia, la Palabra y la Caridad. Es oficio propio de los diáconos: administrar el bautismo, reservar y distribuir la Eucaristía, asistir al matrimonio y bendecirlo en nombre de la Iglesia, leer las Sagradas Escrituras, presidir el rito de los funerales y sepultura.

B. Vida Religiosa: Son ministerios sin orden sagrado, son variados y diversos de acuerdo con los carismas de quienes son llamados y las necesidades de la comunidad. Estos cristianos viven en comunidad siguiendo los consejos del Evangelio, también llamados votos de castidad, pobreza y obediencia. Con su estilo de vida humilde, solidario, los religiosos y religiosas animan a los cristianos a seguir fielmente a Cristo. Por otra parte, cada congregación religiosa, de acuerdo con el carisma que le dio su fundador, tiene una misión específica al servicio de la Iglesia y del mundo; pudiendo distinguir dos formas de vida religiosa:

- Órdenes de vida contemplativa: Se dedican fundamentalmente a la oración, al estudio, al trabajo manual en monasterios o conventos, por ejemplo: Benedictinos, Carmelitas descalzas.

- Congregaciones de vida activa: Se dedican a diversas obras: la predicación, la educación, la atención de pobres, enfermos, misiones, etc.; por ejemplo: franciscanos y maristas.

C. Laicos: Palabra que deriva del sustantivo laos, que significa Pueblo. Son los fieles que incorporados a Cristo por el bautismo e integrados en el pueblo de Dios, participan de la misión de la Iglesia con el testimonio de su vida y su palabra.
Por el hecho de estar bautizados y confirmados, los laicos deben comprometerse en la misión que
Cristo confió a todo el Pueblo de Dios; a su manera, deben participar en la función Sacerdotal, Profética y Real de Cristo:

a. Función Sacerdotal: Jesús es el único sacerdote que se ofreció al Padre para su gloria y por la salvación del mundo; y otorga su Espíritu a todos los bautizados para que sean como Él. Todas sus acciones, la vida conyugal y familiar, el cotidiano trabajo, si son hechos en el Espíritu Santo, e incluso si las mismas pruebas de la vida se sobrellevan pacientemente, se convierten en sacrificios espirituales.

b. Función Profética: Muchos creen que el anuncio del Evangelio está reservado a los sacerdotes y los religiosos; no obstante, Jesús nos pide a todos los bautizados que seamos sus testigos. En cualquier lugar donde viven los laicos, en cualquier ámbito de actividad en el que se muevan, están llamados a dar testimonio de su fe por su palabra y su manera de vivir, a fin de dar un gran impulso a la nueva evangelización.

c. Función Real: Cristo Rey hace participar de su realiza a todos los bautizados liberándolos de la esclavitud del pecado. La consecuencia es importante porque, si sabemos dominar las fuerzas de nuestro ser a la luz del Evangelio, la más sencilla de nuestras actividades, la más corriente se une al esfuerzo de todos los hombres de buena voluntad que trabajan para mejorar las condiciones de vida de la humanidad. Así es como los fieles laicos colaboran en la obra del Creador. Cada uno, en su lugar, promueve una nueva cultura de verdad, justicia, de paz, solidaridad y amor.

El papel específico de los laicos en la Iglesia les exige una profunda vida espiritual que tienda siempre a la santidad. En efecto, la Iglesia es Santa, y todos sus miembros están llamados a la santidad. El grado de santidad no depende del puesto que se ocupe en la sociedad o en la Iglesia, depende únicamente del grado de caridad que se posea.
Comunidad de Requínoa